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SIEGFRIED BUSTIN

Reservado y como al margen, está sentado en su silla frente a la mesa de su habitación número 667. Con un cierto orgullo muestra un folleto sobre Tutzing. A Siegfried Bustin le brillan los ojos cuando abre el folleto en una determinada página porque su padre aparece en ella. Antes de la toma de poder de los nazis era el único plomero en este pueblo con 5000 habitantes situado en Baviera y su padre era muy reconocido y popular, según recuerda su hijo con sus 89 años. Todo esto es muy, muy lejano pero el folleto despierta recuerdos de buenos tiempos en Alemania, todas las veces que él quiere recordarse.

AR, Argentinien, Buenos Aires, Hogar Adolpho Hirsch © (c) Tim Hoppe / Agentur GARP, Friedensallee 14-16, 22765 Hamburg, Fon: +49 (0)40 391707, E-Mail: mail@timhoppe.de

Siegfried Bustin tiene mucho tiempo para acordarse del pasado. Hace cuatro años que vino a San Miguel porque su mujer estaba muy enferma. Poco mas tarde ella muere. Pero no se siente solo porque tiene una compañera en el hogar. Se llama Ruth Rosenstiel y es muy tímida y reservada, por eso tampoco quiso estar presente durante la entrevista, según lo comenta. Pero en la charla hoy él es el entrevistado.

„Cuando los Nazis tomaron el mando, aún nos trataron bien.“

Siefried Bustin nació en el año 1916, era un hijo tardío. Su familia era la única familia judía del pueblo. „Cuando los Nazis llegaron al poder, aún nos trataban bien“. cuenta y todavía hoy se alegra por esto. Continúa su relato diciendo que incluso pudo terminar sus estudios escolares. Lo cuenta en forma humilde como si hubiera sido un regalo que en realidad no le correspondía. Cuenta de una excursión en bicicleta que hizo con dos compañeros a la ciudad de Berchtesgaden. En un albergue despotricaba un grupo de la juventud hitlerista de Nürnberg „y me preguntaron si soy judío y les dije que „si““.
No le hicieron nada malo. recuerda el anciano señor hoy. No, por esta vez le fue bien. „Me llevaron por el pueblo y cantaban esas horribles canciones en contra de los judíos.“ Él cree que tuvo suerte. Podrían haberle pegado. Pero se la tomaron con su amigo por ser amigo de judíos. Relata esta historia casi como de paso y da la impresión que para él eso era normal.
La familia Bustin se dió cuenta temprano que los judíos eran indeseados en Alemania.
Después de la muerte de su madre, su padre tuvo durante un tiempo una pareja cristiana. Por esta razón un vecino en Tutzing lo denunció acusándole de contaminación racial. Detuvieron al padre pero un pariente, abogado en Munich, consigue impedir que lo internen en Dachau (campo de concentración). Ese fue el impulso inicial para la emigración.

„Fue una época de oro. Nos iba muy bien“

Tenía un tío que ya vivía en la Argentina. También la hermana se había ido en 1927. Siegried se fue como primero, solo, en 1937. Aún no era mayor de edad. Desde Hamburgo llegó a Buenos Aires con el barco Cap Arcona de la compañía Hamburg-Süd. „Todo esto no me causó ninguna molestia. el viaje era bonito y mi hermana y mi tío ya estaban allí y me fueron a buscar al puerto“. Poco después de la llegada se contactó con la asociación de los judíos alemanes y con el club de deportes Bar Kochba. „A raíz de eso pude conectarme rápidamente“ . Profesionalmente también pudo establecerse con el correr de los años. Junto con un primo abrió una pequeña ferretería propia en el centro y al cabo de 10 años abrió una más grande. „Era una época de oro. Nos iba muy bien“. Entretanto se había casado y fue padre de un hijo. Todo marchaba bien y no se podía quejar de su vida. Solamente un tío fue asesinado en Dachau. Todos los otros integrantes de la familia lograron salir y vinieron a la Argentina.

„Uno se asombre de lo que es capaz un pueblo civilizado“

„No siento rencor con respecto a Alemania, pero uno se asombra de lo que es capaz un pueblo civilizado“.
Hoy se siente argentino, „pero pienso mucho en alemán. Jugamos a las cartas. Mi vida es muy alemana. No es extraño ya que siempre estuve junto con judíos alemanes“. Y hoy el Hogar Adolfo Hirsch, el geriátrico de los judíos de habla alemana en la Argentina es su hogar.