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CECILIA PASCHKES

Extrañaba la nieve. En aquel tiempo en la Argentina, donde de joven comenzó su nueva vida cuando tenía 14 años. La nieve, pero eso era todo.

© Tim Hoppe

© Tim Hoppe

Nace en Munich con el nombre de soltera Cecilie Brandl el 8 de mayo de 1920. Sin embargo nunca era una auténtica chica bavariana porque ya desde 1924 la familia decide emigrar a la Argentina. Pero los abuelos en Munich insisten en que vuelvan, que no se habían visto tanto tiempo y en Munich todo es tan lindo. En 1929 la familia vuelve a Alemania. Un tiempo tan lejano que Cecilie Brandl, que hoy se llama Paschkes, casi no se acuerda.

«Cuando nos fuimos ya salían los cajones sellados de Dachau»

Le sigue quedando un ligero timbre del dialecto y el recuerdo de que el padre por casualidad estaba en Nürnberg en 1933 al mismo tiempo que los nazis celebraban allí su convención. Cuando vuelve a su casa dice, «Este asunto a mí no me gusta. Vuelvo con el próximo buque a Buenos Aires.». Y así sucede. Él todavía está en posesión de los documentos necesarios y así deja Alemania por segunda vez una semana más tarde. Poco más tarde muere el abuelo. La familia tiene que esperar casi un año para obtener la visa para la abuela. Y entonces todos pueden emigrar en agosto de 1934. Cecilia con sus 14 años no está triste. Al contrario. Estaba tan contenta de poder volver a ver a su padre que la despedida (de Alemania) no fue grave para ella, dice la señora mayor hoy. Añoraba mucho a su padre. Hoy ya no se acuerda de los detalles, pero como de paso dice, «cuando nos fuimos ya salían los cajones sellados de Dachau (campo de concentración)».

Los Brandl pudieron salvarse de los nazis

Por experiencia propia no sufrió Antisemitismo, asegura. Los vecinos de la casa ya no los saludaban, por miedo por sus hijos. De eso se acuerda. Pero eso parece haber sido todo. Sí, su familia tenía suerte, según dice. Los Brandl pueden salvarse de los nazis. Desde la Argentina mandan visas a los familiares. Y estos a su vez hacen venir a sus familiares.

Jamás quería volver a Alemania para vivir allí

Cecilie, a la que en Argentina llaman Cecilia, de allí en adelante vive en un país libre. Se muda con su familia a una pensión, no tiene problemas con el castellano porque de niña ya había aprendido el idioma. Se vuelve a adaptar fácilmente. «Ahí no tuve problemas. Era joven.» En el baile del colegio Pestalozzi conoce al amor de su vida, «mi señor», como dice ella. Se casan. Y se siente cómoda, se siente como en casa en la Argentina. Nunca quería volver a Alemania para vivir allí. La gente en la Argentina para ella corresponden más a su manera de ser, según ella. Además aquí viven su amigos, su familia. Pero más tarde, cuando ya les iba mejor económicamente, viajan mucho a Europa, también por razones de negocios. Nunca tuvo una relación de rechazo con Alemania pero cuando estaba allí iba de turista, más no.

El parque y la pileta, todo eso le gusta mucho

Cecilia Paschkes vive desde 1989 en el Hogar Adolfo Hirsch. Cuando contrae la enfermedad de Parkinson su marido le propone que se muden a San Miguel. «Lamentablemente mi marido falleció hace tres años, pero yo me siento muy contenta aquí.» El parque y la pileta, todo eso le gusta mucho. Su hija y los nietos viven cerca y la visitan. Aquí en el hogar tiene todo lo que necesita. «Es el mejor hogar en América del Sud.» A la nieve hace mucho que ya no la añora. No le hace falta para sentirse contenta.